domingo, 28 de marzo de 2010

La noche del 27

No ha sido una buena noche. Ha estado muy inquieta y dolorida.
Ayer la movilizaron para evitar escaras y problemas de pulmón, poniéndola de lado, pero el resultado ha sido también un recrudecimiento del mucho dolor que padece y mayor dolorimiento, tanto que la analgesia que la habían pautado no era suficiente para calmarle ni siquiera un poco.
Habrá logrado dormir una hora o así.
Las noches y los nichos tienen la misma familia de oscuridad.
Por eso quien ha hecho guardia en alguna garita en noche cerrada, sin luna y aullando el viento puede entender las ganas que se tienen de la aurora, del amanecer.
Esta mañana ya se encontraba algo mejor, cuando la he llamado me ha dicho que le había remitido un poco el dolor, que ya era aguantable.
No hay muchas más novedades.
Nos hemos organizado para estar continuamente con ella.
Esta noche pasada ha estado Mari Carmen y hoy la ha sustituido Chus, que es con quien he hablado esta mañana.
Esperamos pronto un amanecer sin dolor.

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