lunes, 10 de mayo de 2010

Id y contadlo

Son las 2:30 horas de la mañana en la madrugada del Lunes. No puedo dormir a pesar del cansancio de tanta emoción vivida. Ya estoy en casa, en Yecla y por ahora se han terminado los viajes a la M607, entrada de Valdelatas y hospital de la Paz, extensión de Canto Blanco. Dirección que no voy a olvidar en mi vida. Mi coche registra cuatro mil kilómetros más sólo en este mes y os prometo que Yecla no es grande.
La última entrada, se titula: "¿Todo ha concluido?" Y leyendo la crónica de todo lo que hemos vivido el pasado Viernes y Sábado, dentro de mí ha saltado como un resorte para escribir estas líneas. Cuando concluyó el entierro de papá, Chema dijo: "Habéis visto cómo muere un cristiano, id y contadlo". El Sábado, en el entierro de mamá, terminó exactamente igual, aunque más emocionado. Lo más grande del cristiano es que, efectivamente, no todo concluye con la muerte y esto es lo que me está resonando constantemente en mi corazón en estos últimos días. No me cabe la menor duda que la HERENCIA que mis padres han depositado en todos sus hijos, es la FE. Esta fe es la que nos lanza con fuerza a contar la maravilla del tránsito de este mundo al cielo y ciertamente no es lo mismo morir así, que morir sin ninguna trascendencia. Yo estoy contento porque mis padres han recibido el fruto final de la siembra de toda su vida, que es la fe de sus hijos y lo que le pido a Dios con todas mis fuerzas es que mis hijos y los hijos de mis hermanos, aprendan (porque nosotros se lo hemos enseñado, como hicieron papá y mamá con nosotros), vivan y guarden para toda su vida lo que significa verdaderamente, experimentalmente, la muerte de un cristiano y así lo puedan anunciar. Por lo que efectivamente no es un punto final, es un punto y seguido en sus hijos, nietos y biznietos. GRACIAS PADRES EN LA CARNE Y EN LA FE.

1 comentario:

  1. Hoy, 10 de mayo, despues de comer con el tio Antonio, mi madre, mis hermanas y yo, hemos ido a felicitar a mi padre, el, el abuelo y la abuela nos has han dado la bienvenida con rosas, claveles, orquideas... todas florecidas, sobrecogedoras. Alli hemos rezado unas visperas muy tranquilas.
    Despues de todos estos dias, de todas estas emociones y lagrimas quedan muy pocas cosas por decir, nunca me he atrevido a escribir nada, pero queria decir que me alegro de formar parte de esta familia, tener esos abuelos y este padre que muriendo, nos han enseñado a vivir, que nos han dado la oportunidad de aprender lo que es una muerte santa para que podamos ayudaros cuando el Señor os llame y a morir cuando el Señor disponga.
    Mucho me ha costado reconciliarme con la familia que Dios me ha dado, pero el Señor es sabio y siempre tiende a callarme la boca y lo ha hecho mucho estos ultimos dias. Me emociona especialmente el tio Angel cariñoso a su cabecera atendiendo a la abuela como su hijo, la tia Carmen, llegando a donde el resto no podemos y explicandonos esa jerga indescifrable de los medicos, siendo tremendamente fuerte, la tia Almudena, serena y cariñosa a su lado, el tio Javier escribiendo que mi padre es su hermano... somos tantos!!! me ha quedado un poco cursi, solo queria decir que me alegro de formar parte de esta familia y espero poder enfrentarme a la muerte como esa parte de la familia que nos ha precedido.
    Ana.

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