miércoles, 19 de mayo de 2010

Funeral en El Tránsito

El pasado 18 de mayo ceebramos un funeral por Carmenchu en la parroquia de El Tránsito.
Fue una celebración tranquila.
Recordó Luis Rivas en su monición ambiental cuál es el núcleo de nuestra Fe. Jesús NO ESTÁ AQUÍ, HA RESUCITADO. Lo dijo con fuerza. Y porque ha resucitado ha introducido carne como la nuestra en la esencia de Dios y nos abre un camino para que nosotros, no una parte o una esencia de nosotros, nosotros estamos llamados a incorporarnos a ser Dios mismo.

Fue una celebración hermosa.

Este es el comentario de Carlos Koala Soler, mi hermano (primo), especializado en sacarme lagrimones como naranjas, que es la mejor reseña de la celebración.
Así que con tu permiso, que en esto nos encontramos todos y tú has sabido darle expresión insuperable.

Cuando mi hermano (primo) Antonio, en su homilía hablaba de los que se decían que el final de Carmenchu había sido muy injusto, yo sentía que me dirigía a mí de manera personal sus palabras, que sus ojos me escrutaban pese a estar sentado en los últimos bancos de la iglesia. Ya sé que es pretencioso por mi parte que, de todas las personas ahí reunidas, yo pensara que me hubiera escogido a mí como objeto de su homilía, pero la verdad es que me sentí así. La verdad es que seguro que se lo estaba dirigiendo a tantos otros que, como a mí y por culpa de nuestra poca fe, nos cuesta aceptarlo. Se que Antonio tiene razón, que solo desde la fe se puede entender, pero claro, eso es precisamente lo que me falta a mí, Fe.

Cuando alguien fallece, siempre se dice lo de que Descanse en Paz. Yo sé que mi querida tía Carmenchu NO lo va a hacer. No me refiero a la parte de la Paz, que estoy seguro que lo ha encontrado ya, como también era capaz de encontrarla en vida también. Yo me refiero a la parte de Descansar. Repito, ella no lo va a hacer, pues se que va a invertir todos sus celestiales esfuerzos, con esa incansabilidad tan característica suya, en que esa Paz la encontremos los demás.

Así que ahora, desde mi mortalidad, solo puedo pedirla que me ayude a tener la Fe que ella tenía, que me ayude a encontrar esa Paz que se me deniega, que me deniego yo, por mi falta de Fe. Gracias Tía por ayudarme. Sigue igual de incansable en tu tarea, pues en algún momento mi tozudo, terco, obstinado, obcecado, pertinaz, testarudo, cabezón, empecinado, emperrado y porfiado empeño en no dejar que me inunde esa Fe vitalizadora y salvadora, finalmente se derrumbará y podré conocer la Paz como la conoces tú, pues lo aprendiste por anticipado y ahora lo vives eternamente junto a tu amor Josemari. Carmenchu, por favor, no descanses, aunque sé que lo harás en Paz

2 comentarios:

  1. Cuando mi hermano (primo) Antonio, en su homilía hablaba de los que se decían que el final de Carmenchu había sido muy injusto, yo sentía que me dirigía a mí de manera personal sus palabras, que sus ojos me escrutaban pese a estar sentado en los últimos bancos de la iglesia. Ya sé que es pretencioso por mi parte que, de todas las personas ahí reunidas, yo pensara que me hubiera escogido a mí como objeto de su homilía, pero la verdad es que me sentí así. La verdad es que seguro que se lo estaba dirigiendo a tantos otros que, como a mí y por culpa de nuestra poca fe, nos cuesta aceptarlo. Se que Antonio tiene razón, que solo desde la fe se puede entender, pero claro, eso es precisamente lo que me falta a mí, Fe.

    Cuando alguien fallece, siempre se dice lo de que Descanse en Paz. Yo sé que mi querida tía Carmenchu NO lo va a hacer. No me refiero a la parte de la Paz, que estoy seguro que lo ha encontrado ya, como también era capaz de encontrarla en vida también. Yo me refiero a la parte de Descansar. Repito, ella no lo va a hacer, pues se que va a invertir todos sus celestiales esfuerzos, con esa incansabilidad tan característica suya, en que esa Paz la encontremos los demás.

    Así que ahora, desde mi mortalidad, solo puedo pedirla que me ayude a tener la Fe que ella tenía, que me ayude a encontrar esa Paz que se me deniega, que me deniego yo, por mi falta de Fe. Gracias Tía por ayudarme. Sigue igual de incansable en tu tarea, pues en algún momento mi tozudo, terco, obstinado, obcecado, pertinaz, testarudo, cabezón, empecinado, emperrado y porfiado empeño en no dejar que me inunde esa Fe vitalizadora y salvadora, finalmente se derrumbará y podré conocer la Paz como la conoces tú, pues lo aprendiste por anticipado y ahora lo vives eternamente junto a tu amor Josemari. Carmenchu, por favor, no descanses, aunque sé que lo harás en Paz.

    ResponderEliminar
  2. exactamente pienso yo, sé que Carmenchu junto a mi madre que se fué al Padre hace 4 años están conmigo en mis luchas diarias.En Junio me voy con mi Esposo y mi Cdad a Jerusalem y allí me dirán las dos cosas sorprendentes en el Espiritu que Hoy se me derrama como un Bálsamo Presioso.Un abrazo a todos, mi familia en Cristo.

    ResponderEliminar