miércoles, 5 de mayo de 2010

Una hora corta

Esta tarde nos vamos a reunir todos los hijos de Carmenchu, en la capilla del hospital.
A las 19:15 horas.
No hay orden del día.
Solo reafirmar nuestro compromiso con la vida, celebrar la riqueza de dones que nos ha dado la vida, en la forma de unos padres que además de dárnosla, nos la han acompañado y defendido hasta la madurez y casi en el caso de alguno de nosotros hasta la vejez.
Tenemos un fuerte sentimiento de orfandad.
Esperamos el milagro de la vida, que cuando la semilla de la mostaza cae y muere, da mucho fruto, tanto que  se hace un gran árbol, tanto que anidan las aves del campo y a su sombra encuentran cobijo hombres y animales.
Así es mi madre. Una encina sostenida, en la mitad de la dehesa, con copa extendida, con alegre canto de ruiseñores en sus ramas.
Ayudadnos con vuestras oraciones. Vamos a decir que ante Carmenchu se abre una senda de gloria, después del calvario de sufrimiento en que está sumida sobre todo en estas últimas jornadas.
Ayudadla con vuestras oraciones a combatir el último combate, ella que está llegando, exhausta, a la meta.
Porque hasta ahora ha combatido bien su combate. Ha permanecido en la fe.
Que sea una hora corta.
Porque hasta aquí la jornada ha sido muy larga. Y el jornalero merece su descanso. Y su paga.

En su estado de salud no encontramos ningún signo de mejoría.
Aunque con la ayuda de la máquina satura y con la ayuda de la digitalina tiene 70 pulsaciones por minuto y con la ayuda de los antibióticos no se muere de la infección y con la ayuda de los diuréticos orina.
Nada come.
La analgesia no es suficiente. Ni el nolotil, ni el paracetamol, ni siquiera el cloruro mórfico le hacen relajarse.
Está en un estado de agitación permanente.
Y consciente.
Tanto que nos ha dicho qué es lo quiere.
Es una gran mujer.
Sin pasión de hijos.

1 comentario:

  1. Queridos todos:
    Cada dia leo, vuestros comentarios, sobre la evolución de vuestra madre.Lo siento mucho por ella, pero tambien por vosotros, por ese sentimiento de "orfandad", que teneis en este momento.
    Pero a la vez, me habeis dado mucha envidia....por vuestra gran FE, una Fe que la haceis compartida, y que la habeis recibido de vuestros Padres.
    Aún recuerdo, y es el ultimo dia que los ví, que estuvieron comiendo en casa, lo que disfrutaron con la "comidica navarra" que les puse. Siempre nos quedarán los buenos recuerdos, y que no han sido otros.
    Sigo rezando por Carmenchu y por todos vosotros.
    Un besico para todos y os acompaño, en este momento dificil
    Maria Jesús Ibarra

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