jueves, 15 de abril de 2010

15 de abril. Tiempo de vísperas.

Hoy sí sé como empezar.
Estamos muy contentos.
Porque la madre se ha recuperado. Tiene cuerda y tiene fuelle.
Y nos hemos estado riendo de las ocurrencias de la abuela Ramos, de que no se llevaba muy bien con su cuñada Marina (son cosas de nuestra historia familiar), que decía Ramos que se hacía la borracha para agarrarse, pero de su marido, mi abuelo. Celosa ella.
Y se ha conectado al mundo exterior y ha hablado de política, pero me perdonaréis que me reserve los comentarios que ha hecho después de que le hubiera explicado el acto de apoyo a Garzón. Digamos, como el chiste, que no es partidaria. Que tiene que haber también de los que no son partidarios, digo yo.
Le pincharon el derrame pulmonar; se me había escapado una errata (cada vez creo más en la escritura automática): piñonar; porque de piñas, piñazos, piñetazos, puñetazos, golpazos, tortazos, pinchazos, tiene de todo y abundante, pero sobre todo lo que termina en azo... Lo que tiene es un grandísimo AZO.
Bueno, pues le han pichado la pleura, le han vaciado el derrame, y el pulmón vuelve a expandirse y respira (con mascarilla) con una saturación por encima de 96 (me imagino que por ciento), lo cual está muy bien.
Además está más deshinchada de cuerpo. Está adelgazando porque no le entra la comida. Se nos está quedando en el chasis (aunque tiene chasis de camión de la París-Dakar).
Lo que no se le deshincha ni a tiros son las piernas.
No digo nada de ellas: de momento. de adorno.
Vamos bien, ahora.
Muchas gracias a todos.

1 comentario:

  1. Ciertamente el Señor ha actuado a la aurora.
    ¡Bendito sea Dios!
    "Bendeciré al Señor en todo momento,
    en mi boca, siempre su alabanza...
    Muchas son las pruebas que le esperan al justo,
    mas de todas (DE TODAS) le libra el Señor.
    Gritan ellos y el Señor les escucha,
    y les libra de TODAS sus angustias..."

    Estoy contentísimo de la mejoría de Carmenchu.
    Estoy contentísimo del Poder y fidelidad del Señor.
    Estoy contentísimo de haber sido testigo, un día más, de que sus oídos siguen atentos a la voz de mi súplica.

    "Grité al Señor y me escuchó, poniéndome a salvo".

    ¡Qué Él aumente cada día nuestra fe y nuestra esperanza..., porque CRISTO, MI ESPERANZA, HA RESUCITADO, y nos precede en Galilea!

    ResponderEliminar