domingo, 4 de abril de 2010

Tarde del domingo 4.

Hemos redactado este post en la cafetería del hospital, cuando salíamos de ver a Carmenchu. Estábamos Miguel y Almudena, Javier Ignacio Sr y Javier Ignacio Jr, Juampe y Mayte, Antonio, Ricardo Soler y nosotros, Carmen y yo.
Por cierto, la cafetería del hospital se llama Carmen. Nos envuelve este precioso nombre: al tiempo poema y jardín.
Un cardenal. No un cardenal sino toda la curia tiene encima. Y no precisamente de una dignidad hablo, sino del desdichado color que adquiere nuestro cuerpo cuando queda tan maltrecho como el de Carmenchu.
«Pa’haberse matao. A puntito ha’stao», dixit Juampe con cierto cachondeo filológico y literario.
Aseguro que lo más que hemos tomado ha sido una coca-cola o un poco de cafeína.

¿Cómo la hemos encontrado?
Muy cansada. Normal.
Flojita de ánimo. Normal.
Con ganas de que se acabe ya todo. Normal.
Con los labios secos. Le pondremos más vaselina.
Hoy le he leído algunos post de este blog. Cuando ha escuchado el poema que le he dedicado, ha repetido tres veces la palabra crac. Crac. Crac. Con toda intención.
No está de más, si queréis darle una palabra de ánimo, que le escribáis algún comentario y se lo haré llegar.
Muchas gracias a todos por vuestra cercanía, vuestro cariño y vuestras oraciones.

2 comentarios:

  1. Querida familia toda de CArmenchu:
    ¡Qué bendición del Señor en todos y cada uno de vosotros!. Ahora se entienden muchas cosas. Conozco a Carmen (hija). La conocí con motivo de la muerte de mi hermano Pablo, sacerdote, y siempre ha sido un ejemplo de vitalidad, entereza, fe...Y, ahora veo la raíz de muchos de sus dones. Quien sembró, esa mamá, ahora ve algunos de sus frutos, y muchos más verá. Dios le ayude a llevar ese sufrimiento que le une a su Pasión de Nuestro Señor. Rezamos por ella y por vosotros. Pilar

    ResponderEliminar
  2. Ayer llegamos de pasar la Semana Santa en el pueblo de la familia de mi mujer, Montorio, sita en el corazón de Castilla, en tierras burgalesas y que ya es también mi pueblo por adopción. Ahí me casé con Olga, con lo que Montorio es el lugar donde comenzó mi carrera como padre de familia.
    Paula, mi hija, con sus nueve añitos ya, hace este año la Primera Comunión y ha participado en la humilde procesión parroquial del Viernes de Pasión, caracterizada de Santa Verónica, la que con valentía se enfrentó a la posible ira de las turbas, enjugando el rostro de Jesucristo durante su Calvario.
    A Jesucristo solo le ayudaron dos personas a lo largo de su Calvario, Simón de Cirene y Verónica. El Cirineo lo hizo obligado, pero es Verónica la única que, voluntariamente, con gran valentía y oponiéndose a la ira que manaba de las turbas que gritaban y maltrataban a Jesucristo, se acercó a Él para enjugarle el rostro e intentar aliviar su sufrimiento.
    Ahora nosotros debemos de ser la Verónica de Carmenchu. Tenemos que ser valientes y animarnos a mostrarle nuestro cariño constante, que ella vea que no está sola entre los dolores que la gritan y maltratan, que estamos todos con ella, sufriendo en carne ajena su dolor, pero sintiéndolo como si fuera el nuestro.
    Dejemos a los médicos y personal sanitario que sean su Cirineo, que con su humanidad cometen errores o aciertan, la ayudan mejor o peor, pero que son necesarios para que pueda portar su cruz de la mejor manera posible. Nosotros solo podemos enjugar su rostro, mostrarla cariño, que vea que pese a tanto dolor, estamos con ella para poderla aliviar en lo posible, distrayéndola con nuestras visitas y mensajes, besos y recuerdos, caricias y alegría.
    Animo Tía, no desfallezcas y nunca dejes que los dolores y la desesperación de tu obligado encierro te hagan sentir sola, que aquí tienes una enorme familia que te quiere y te necesita, que toma aire con cada respiración tuya, que se duele con cada ay que pronuncias… y con los que no pronuncias y que te espera para poderse reír otra vez contigo pero fuera de esa cárcel de batas blancas que paradójicamente se llama La Paz.
    Un beso muy grande de los muchos que te queremos.

    ResponderEliminar